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Call me by your name, de Luca Guadagnino



Luca Guadagnino ha afirmado en más de una ocasión: “mi órgano sexual son mis ojos”. Quizá por esta razón es uno de los cineastas actuales que llega más lejos en la representación de la pasión. Call me by your name es, de hecho, la tercera entrega de una trilogía sobre el deseo, que se inició con Soy el amor (2009) y continuó con Cegados por el sol (2015). No obstante, si la primera se centra en el amor como transgresión y liberación, y la segunda, en el amor como posesión y contención, ésta última gira alrededor de la iniciación amorosa. El deseo puede ser transgresor o conservador, pero es en la juventud cuando se manifiesta con más intensidad. 

“Todos nosotros hemos sido rozados alguna vez por una mirada, una palabra, algún fragmento insustancial divino que, en cuestión de segundos, ha conseguido expandir el tiempo, borrar los límites del espacio y abrirnos al deseo desaforado, el amor por la belleza, la dulzura de una ilusión”, comenzaba mi ensayo La Pasión en el cine (Ediciones JC, 2012). Estos momentos inefables, que corresponden a la magia del enamoramiento, son los que describe la película con sutilidad y delicadeza, mas con fuerza inusitada. Al director no le interesa mostrar relaciones sexuales explícitas, si no los gestos, diálogos, silencios anodinos que las preceden, las precipitan, las sobreviven. Los indicios de la seducción: una mano que se apoya en un hombro, una mirada celosa o cómplice; y, en el plano simbólico, desde las estatuas clásicas de muchachos de cuerpos fibrados, hasta los fragmentos de Heráclito sobre el tiempo, pasando por una fruta madura, alegoría perfecta de la pasión. La novela homónima de André Arciman y el primer guión de James Ivory se convierten con el estilo sensorial de Guadagnino en una exploración del gozo y la sensualidad. Inmersa en el esplendor de los parajes de la Lombardía, con un solo objetivo de 35 mm, el ojo de la cámara proyecta sobre dos actores en estado de gracia, Timothée Chalamet (Elio) y Armie Hammer (Oliver), su invitación al carpe diem. 



Call me by your name es más que una película de amor homosexual. Su incursión en el descubrimiento amoroso y los entresijos de la bisexualidad la dotan de un mensaje universal. Los dos protagonistas tienen relaciones satisfactorias con mujeres, lo cual no les exime de enamorarse el uno del otro. Se diría que ambos están probando en su carne ese sentimiento que los griegos calificaron como Eros, tan poderoso como incontrolable. De ahí su peligro: de las cimas del placer al precipicio del dolor hay un paso. Pero, ¿no vale la pena correr el riesgo a cambio de experimentarlo, ni que sólo sea una vez? Quizá ahí resida, como dice la canción de Sufjan Stevens, el misterio del amor.

Silvia Rins, Todos los Estrenos 2018

Todos los estrenos 2018

Todas las películas estrenadas durante 2018 en España, con críticas, comentarios, valoraciones. Y posters a todo color de sus carteles. Entre mis críticas podreis encontrar las de Call me by your name, Climax, The Disaster Artist, Carmen y Lola, En la sombra, Suspiria.... La mejor guía para encontrar la película ideal en el momento oportuno.

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Mary Shelley: Apología del monstruo


“La invención, hay que admitirlo humildemente, no consiste en crear del vacío, si no del caos”. Prólogo de Mary Shelley a Frankenstein

Este verano ha llegado a las carteleras la segunda película de la directora saudí Haifaa Al-Mansur: Mary Shelley. En el bicentenario de la publicación de Frankestein (1818), novela que inaugura el género de la ciencia ficción, el film muestra cómo una jovencita talentosa y tenaz se inicia en la vida y a través del dolor se forja como escritora. En el hogar conservador donde vive junto a su padre y su madrastra, se nutre de heterodoxas lecturas, entre ellas, los libros de su madre, Mary Wolstencroft, precursora del feminismo con sus Reflexiones sobre la educación de las hijas (1786) y Vindicación de los derechos de la mujer (1792), a quien lee a escondidas junto a su tumba. Cuando conoce al poeta Percy B. Shelley con apenas dieciséis años su corazón se abre al amor, y se fuga con él junto a su hermanastra, pese a la oposición de su familia, que se desentiende de su suerte. Sin embargo, las pasiones álgidas siempre tienen su reverso: la noción de “amor libre” posee un significado diferente para cada miembro de la pareja. Mientras que para el poeta implica mantener una relación abierta, para la escritora se centra en darlo todo por el hombre a quien ama. Con los problemas económicos llegan las peleas, la desesperación, los celos, los reproches. La parte central del film es una particular visión del famoso episodio que recreó Remando al viento (1987), de Gonzalo Suárez, y que Mary Shelley rememora en su prólogo a la segunda edición de Frankestein: el viaje a la casa de Lord Byron en los Alpes suizos, donde éste propuso a sus anfitriones escribir una historia de terror. En dicho prólogo, Mary especifica que “los ilustres poetas –es decir, Lord Byron, Shelley y Polidori–, incómodos con la trivialidad de la prosa, abandonaron enseguida la antipática tarea”.

La República de las mujeres en "Star Wars: Los últimos Jedi"



Aún recuerdo el día que vi en el cine La Guerra de las Galaxias (1977). Era una niña y quedé absolutamente fascinada. Crecí admirando las peripecias de la primera trilogía, sus muñecos y maquetas, sus robots y sables láser, su ritmo trepidante, su intriga familiar, sus diálogos ingeniosos; y a una princesa con las trenzas enroscadas sobre las orejas que era tan rebelde y valiente –algo todavía inusual en las películas de Hollywood de la época- como sus dos compañeros de reparto. Sin embargo, pese a una personalidad arrolladora, en la trama el papel de Leia quedaba diluido entre el adorable bribón Han Solo y el delicado aprendiz de Jedi Luke Skywalker. Tras la decepcionante precuela de los episodios I, II y III, donde abundaban tanto los fondos digitales como los tópicos argumentales, aguardaba esperanzada la secuela que inauguró el Despertar de la fuerza (2015), de J. J. Abrams, con el aliciente del regreso del trío protagonista del film original. 

Cuarenta años después, Los últimos Jedi (2017) ha significado para mí una agradable sorpresa, aunque no haya convencido a una facción de fans irredentos, que la han acusado de traicionar el espíritu original de Star Wars, cuando no se trata más que del fruto maduro de su evolución, indesligable del mundo en que vivimos. En primer lugar, rompe con un cierto maniqueísmo presente en la saga desde sus inicios y se adentra en los reveses de la filosofía de la misteriosa fuerza, que alienta tanto a los Jedi como a quienes son subyugados por el lado oscuro; un Yoda tan inspirado como travieso recuerda que todo lo que está en los libros reside dentro de nosotros y que el fracaso es lo mejor que podemos legar a nuestros sucesores. Incluye también una potente crítica de la sociedad, que funciona como perfecta alegoría de la contemporánea, al denunciar la guerra como negocio lucrativo que genera riqueza para unos pocos a costa de la penuria de la mayoría. Y, por primera vez, muestra un variado espectro de personajes femeninos que se adueñan de la historia. El director Rian Johnson, apoyado por la productora Kathleen Kennedy, heredera del imperio de George Lucas, construyó el guión con la libertad creativa de un film independiente; contando, además, con la valiosa colaboración de Carrie Fisher, que ha dejado su huella indeleble. 



Porque esta película no sólo trata con igualdad efectiva a la mujer respecto a su homólogo masculino, sino que reivindica la sabiduría femenina para asegurar la supervivencia de la República frente a la siniestra Primera Orden. Las prudentes heroínas, cada una con su estilo particular, dan lecciones de honestidad, dignidad y sensatez a los impulsivos héroes. Rose (Kelly Marie Tran) a Finn (John Boyega); Rey (Daisy Ridley) al mismo Luke Skywalker (Mark Hamill); la general Organa (Carrie Fisher) y la vicealmirante Holdo (Laura Dern) al piloto Poe Dameron (Oscar Isaac), evidenciando la dificultad de las mujeres en puestos de mando para ganarse el respeto y la confianza de sus subordinados del sexo opuesto.

 Larga vida, pues, a esa República dirigida por mujeres que tienen claro que “lo más importante no es destruir lo que odias, si no salvar lo que amas”. Y cuyos valores y hazañas no se agotarán aunque deban ocultarse en las sombras. Pervivirán entre las nuevas generaciones de oprimidos y olvidados gracias al poder del mito: la sublimación del ejemplo del héroe que hará aflorar la fuerza que los habita. Ya que cualquiera de nosotros –prístina revelación- podría ser el último Jedi. 

La seducción, Sofía Coppola

La Seducción de Sofia Coppola ha despertado en mí opiniones encontradas. Cuando nos hallamos frente a un remake las comparaciones son odiosas y resulta inevitable recordar la original de Don Siegel rodada en los años setenta, provocadora, morbosa, oscura. No obstante, el punto de vista por el cual optan es muy diferente. La directora es una experta, no sólo en plasmar el mundo femenino en la pantalla, si no en representar al hombre visto por las mujeres.



Todos los estrenos 2017

Todas las películas estrenadas durante 2017 en España, con críticas, comentarios, valoraciones. ¡Y posters a todo color de sus carteles! Entre mis críticas podreis encontrar las de La seducción, Manchester by the sea, Detroit, Maravillosa familia de Tokio.... La mejor guía para encontrar la película ideal en el momento oportuno.

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Ya está a la venta Méliès, mi última colaboración cinèfila


Ya ha llegado a las librerías "Méliès, el último libro colectivo en el que he tenido el placer de colaborar junto a Raúl Herrero, Bruno Marcos, Alberto Ruiz de Samaniego, Jesús F. Pascual Molina, Carlos Barbarito, Aldo Alcota, Laia López Manrique, Antonio Fernández Molina, Iván Humanes, Alfredo Moreno, Tomás Fernández Valentí y Diego Civilotti García. Portada e ilustraciones de Juan Luis Borra. 

Por mi parte, he contribuido con el artículo La mujer intocable: mitos femeninos en el cine de Méliès” en el que reflexiono sobre la representación de las mujeres en su cine, donde el ideal femenino de los grandes mitos clásicos y los cuentos de hadas alterna con la visión costumbrista de la mujer como sujeto histórico de la época, a punto de vivir una de las grandes revoluciones de su historia.


No os perdáis este homenaje de Libros del Innombrable al cineasta francés, el gran mago del cine, el recreador de sueños, el inventor del cine fantástico. Se presentará el próximo viernes 22 de diciembre en la Librería Alibri de Barcelona a las 19 horas


¡Os esperamos para dar la bienvenida a las navidades con el mejor cine!

Todos los estrenos 2016

Todas las películas estrenadas durante 2016 en España, con críticas, comentarios, valoraciones. ¡Y posters a todo color de sus carteles! Entre mis críticas podreis encontrar las de Carol, El renacido, Kiki. El amor se hace, Mustang, La llegada.... La mejor guía para encontrar la película ideal en el momento oportuno.

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La llegada, de Denis Villeneuve

Ya está aquí uno de los estrenos más esperados del año. Denis Villaneuve está imparable y con cada una de sus obras consigue sorprendernos y acrecentar nuestra admiración. Adaptación libre del relato de Ted Chiang “La historia de tu vida”, La llegada es la primera incursión del director en la ciencia-ficción, en la línea de films anteriores de advenimiento extraterrestre, como Contact o Señales, aunque para mí el referente más claro es Encuentros en la tercera fase, que supuso un antes y un después en el género. Del mismo modo, cuando acabamos de ver La llegada tenemos la sensación de haber asistido a una experiencia nueva y memorable.


Naves alienígenas aterrizan una mañana en doce naciones diferentes del planeta y la experta lingüista Louise Brooks (Amy Adams) es convocada por las fuerzas militares estadounidenses para averiguar si sus misteriosos tripulantes vienen en son de paz o están desafiando a la humanidad. El científico Ian Donnelly (Jeremy Renner) pregunta a Louise durante la investigación si no le está afectando el estudio de la lengua de los extraterrestres, ya que algunas teorías afirman que el lenguaje determina nuestra forma de pensar (y por lo tanto, nuestra manera de actuar e incluso de concebir el mundo). En torno a esta reflexión, la película demuestra la importancia de la comunicación como herramienta para la tolerancia y el progreso; pero también insinúa la responsabilidad y capacidad de amar que implicaría escoger si supiéramos de antemano las consecuencias de nuestras decisiones.


La historia cobra total verosimilitud a partir de la fotografía sobria, fría y realista, y el efectivo tratamiento del sonido -latidos acelerados, respiraciones agitadas, zumbidos espectrales-, que contribuyen a sumergirnos en una atmósfera inquietante: la amenaza de lo desconocido, y por desgracia, también la de nuestros propios miedos; por otro lado, las imágenes más oníricas y cálidas de otros planos temporales, y la envolvente música de Johann Johannsson, aportan el contrapunto emocional de un desenlace que, además de atar inteligentemente todos los cabos, es en sí mismo una revelación trascendental. Se diría que el film recoge los grandes logros de Kubrick, Nolan y Malick; a la vez que nos hallamos ante el mejor Villeneuve.

Estamos ante un director capaz de convertir cualquier argumento en una obra maestra. Y en todos los casos su creación no sólo es ambiciosa por el virtuosismo técnico, si no por su propósito de desvelar las profundidades de la existencia humana.

Silvia Rins, Todos los estrenos 2016.

Todos los estrenos 2015

Todas las películas estrenadas durante 2015 en España, con críticas, comentarios, valoraciones. ¡Y posters a todo color de sus carteles! Entre mis críticas podreis encontrar las de Birdman, Del Revés, Fuerza mayor, Irrational Man, Viaje a Sils Maria.... La mejor guía para encontrar la película ideal en el momento oportuno.




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Viaje a Sils Maria de Olivier Assayas

La fuerza de las películas de Oliver Assayas, uno de los directores más prestigiosos del cine francés contemporáneo, reside en su singularidad. Hay que saborearlas una a una, sin prisa y con fruición, para disfrutar de su magnificencia. 

La actriz Juliette Binoche se dio a conocer en un largometraje escrito por Téchiné y Assayas, Les rendez-vous (1984), y no volvió a trabajar con Assayas hasta L’heure d’été (2007), ya con una exitosa carrera a sus espaldas. Fue entonces cuando ella le sugirió realizar esta película. Como ha reconocido el propio director, Viaje a Sils Maria “no es una película con Binoche, si no sobre ella”; el relato intimista, sin embargo, es punto de partida para una de sus más logradas reflexiones sobre el mundo del cine, el relevo cultural y generacional, y el paso del tiempo. 


A una puesta en escena audaz y ambiciosa, por sus múltiples capas, correspondencias, referencias e intertextualidades, que se integran a la perfección en el armonioso conjunto, deslizándose ante los ojos del espectador con la fluidez extraordinaria de un clásico, hay que sumar el talento de las actrices protagonistas que, tentándose y humillándose, insuflan de vida al film. El juego especular más interesante, en la línea del vampirismo anímico de Persona, tiene lugar entre la actriz cincuagenaria, María Enders (Binoche), y su asistente personal de apenas treinta años, Valentine (Kirsten Stewart), por el magnetismo entre ambas.


Aisladas en una casa en los Alpes, María prepara con ayuda de Valentine el papel que ha aceptado a regañadientes en una obra de teatro, donde ya no interpreta a la jovencita seductora y déspota que la llevó al estrellato treinta años atrás, sino a la mujer mayor despreciada y humillada. Paralelamente, empieza a experimentar por ella una mezcla tortuosa de atracción y dependencia: Valentine representa a un nuevo público –adicto al móvil, las redes sociales y la ciencia-ficción- al que a María le gustaría seguir impresionando pero del que se siente muy distanciada. Completa el triángulo la actriz mediática de diecinueve años, escogida para dar la réplica a María en la obra de teatro, como la manipuladora Jo-Ann Ellis (Chloë Grace Moretz), y a quien Valentine admira por su frescura y espontaneidad, privilegios de la juventud, a los cuales, según la asistente, una actriz consagrada debe renunciar. A lo que ésta responde: “Así que se me permite no ser vieja sólo si no quiero ser joven”. Realidad y ficción se reflejan en sus propias máscaras; cine, teatro y vida se funden, como las nubes en la serpiente de Maloja, ese misterioso fenómeno atmosférico que inspiró a Nietzsche su teoría del eterno retorno. 

Tan compleja como sutil, acaso la mejor película de Assayas hasta el momento, Viaje a Sils Maria es, como su plano final, una apología de la belleza atemporal.

Silvia Rins, Todos los estrenos, 2015.

Todos los Estrenos 2014

Todas las películas estrenadas durante este año en España, con críticas, comentarios, valoraciones. ¡Y posters a todo color de sus carteles! Entre otras, podeis leer las críticas de El Congreso, Black Coal, Ida, Un toque de violencia. La mejor guía para encontrar la película ideal en el momento oportuno.


El Congreso, de Ari Folman

La última película de Ari Folman es de una belleza y brillantez apabullantes. Si Vals con Bashir (2008), una combinación de drama de animación y documental testimonio sobre la atrocidad de la guerra, conmovió a la mayoría de los espectadores, El congreso conquista definitivamente a los elegidos. Adaptación libre de una novela de ciencia ficción de Stanislaw Lem, el director israelí recrea su motivo central imbricándolo en reflexiones de candente actualidad: la progresiva implantación de las nuevas tecnologías, la preponderancia de la virtualidad en las relaciones personales, o el futuro del propio cine en la era de la digitalización. Así, el film empieza con la propuesta de un tenaz representante (Hervey Keitel), a una actriz madre de dos hijos que ya ha pasado la cuarentena y ha malogrado su carrera (Robin Wright, interpretándose a sí misma), de escanear su imagen a cambio de dinero y fama. No obstante, la crítica a la industria cinematográfica es sólo el punto de partida para mostrarnos el desolador y ominoso porvenir que acaso aguarda a la humanidad. 


Veinte años más tarde, Robin Wright es invitada a un congreso de futurología organizado por su productora. Y de repente, la estética realista, cadenciosa, melancólica de la primera parte del film se transforma en una animación pop y colorista, donde conviven personajes de la vida real y la fantasía, y las imágenes se solapan, se funden, se metamorfosean. La impresión de estar bajo el efecto de un éxtasis aumenta conforme nos adentramos en un submundo de lógica imprevisible y cronologías desconcertantes. Sin embargo, en lo que para algunos es un defecto, reside en mi opinión la verdadera originalidad del film, su ambición radical. La inevitable confusión pretende hacernos sentir tan desorientados como la protagonista, ya que a Folman ahora no le interesa tanto narrar, si no imbuirnos del estado de quien habita esa irracionalidad. El dibujo animado –en las antípodas del carácter infantil e inofensivo que se le ha otorgado desde los inicios del cine- se erige como medio perfecto para representar un viaje alucinógeno. La vuelta a la imagen real contribuirá a dar sentido a una experiencia sensorial e intelectual cuya huella perdura en la memoria del espectador. 


El congreso es profética en cuanto al futuro de los actores y visionaria respecto a lo que cine puede llegar a evolucionar. En una sociedad en la que tendemos cada vez más a aliviar el mínimo dolor, las preocupaciones cotidianas, con drogas; a crearnos personalidades más atractivas a través de videojuegos virtuales, ¿nos convertiremos algún día en personajes de las películas generadas por nuestra propia imaginación? Y lo más inquietante: ¿llegará el día en que preferiremos vivir en una eterna fantasía que enfrentarnos a la cruda realidad?

Silvia Rins, Todos los estrenos, 2014.

Beneyto desdoblándose: un poema cinematográfico


El objetivo se aproxima a Beneyto, el hombre enmascarado, el artista sin máscaras. No es la primera vez, de hecho, que posa para las cámaras. Hace casi treinta años, en un programa de televisión de Robert Saladrigas, aparecía con una chistera, se la sacaba de la cabeza con elegancia y se sentaba encima. ¿Acto de humor absurdo o rebeldía simbólica?  


En su primera aparición en el cine, Beneyto pasea con un abrigo azul eléctrico, el rostro pintado de blanco, los labios rojos, por las calles del Gótico.  Barcelona es su ciudad de adopción: la calle Rull, donde se ubica su estudio actualmente o la calle Còdols donde estuvo tiempo atrás, la Plaza de la Mercè, la playa de la Barceloneta, el bosque de Collserola, el jardín de la casa de Jacinto Verdaguer, conforman el decorado exterior por el que deambula el personaje. Como el poeta bohemio de El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subiela, busca a una mujer que sepa volar –la musa inspiradora- encarnada por la bella Airún. Un hombre. Una mujer. Una habitación. El póster colgado en el Café de la Ópera representa más que un guiño a su novela Tiempo de Quimera.

No obstante, Beneyto desdoblándose es, además de una ficción alegórica y metarreferencial, un documental, y la oportunidad de descubrir a uno de los últimos exponentes del Postismo, movimiento que surgió en 1945, ligado al Dadaísmo, al Cubismo y al Surrealismo y cuyo precursor fue Carlos Edmundo d’Ory. El también llamado “ismo de todos los ismos” se definía como una síntesis de las vanguardias, reivindicando el poder de la imaginación, lo inconsciente, lo lúdico, lo sensorial y la voluntad de destruir prejuicios. En este sentido, las entrevistas a eruditos, artistas, escritores cercanos al protagonista muestran una doble vertiente: se integran en el hilo narrativo de la historia –Pere Gimferrer y Beneyto discuten en la mesa de El Paraguas sobre la fecha exacta de estreno en Barcelona de Ditirambo, de Gonzalo Suárez, evento donde se  conocieron en 1967, junto a otros compañeros de generación como Joan Brossa, Fernández Molina o Ángel Carmona, y que se resuelve con una llamada de teléfono y mucho sentido del humor-; o bien se ruedan como formulaciones objetivas en plano medio. José Corredor Matheos convierte a Beneyto en la prueba fehaciente de que el Surrealismo, aparte de un movimiento concreto, es una constante estética. Para Gimferrer se trata de un postvanguardista, en la línea de Brossa, Pons, Miró, Tapias, erigido en clásico con el paso del tiempo, puesto que su obra ya no recibe tratamiento de excéntrica o marginal. A Gloria Bosch, directora de la Fundación Vilacasas, le admira la capacidad expresiva de su mundo interior, un automatismo psíquico impermeable a influencias de la sociedad actual. Por su parte, Jaime D. Parra destaca el carácter hermafrodita de sus creaciones, la flor azul y el huevo, los monstruos de la noche.


Decía Buñuel que el misterio, elemento esencial de toda obra de arte, no se ha desarrollado en el cine. Éste ha cogido prestada su estructura tradicional de la literatura narrativa, y el punto de vista del neorrealismo, pero siempre ha habido quienes lo han acercado a la poesía: Vertov, Buñuel, Cocteau, Godard. Quizá por su brevedad y su capacidad de síntesis, el cortometraje, igual que el relato breve, ha tendido hacia lo lírico. Sin embargo, ¿cómo revelar la esencia de un artista si no es rompiendo con los moldes lógicos, dramáticos y genéricos de una narración tradicional?


Desde esta perspectiva, Beneyto desdoblándose, que puede catalogarse como un corto largo, es también una apuesta de su directora, Adriana Hoyos, de investigación del lenguaje visual, con vocación de documentalista esteta y experimental: un poema cinematográfico. En el cine, las imágenes son las rimas del poeta en verso, las reiteraciones del poeta en prosa. La organización de estas imágenes las dota de ritmo, poniendo en marcha su mecanismo de sugestión. El montaje lima las barreras entre el exterior –la recepción crítica de la obra- y el interior del artista –su universo creativo-, no menos real. La alternancia entre dos dimensiones, con sus vasos comunicantes, no agota la sensación de autenticidad, de cierta improvisación y frescura. Los planos se metamorfosean en palabras oportunamente ensambladas: la técnica del stop motion es una elipsis, una anáfora, una personificación cuando unos dedos invisibles teclean la máquina de escribir de Beneyto –la Remington que compró de segunda mano en un mercadillo polaco y que por azar tengo exactamente igual en mi casa, herencia de mi padre-. Estructura dispersiva, de tonos heterogéneos y materiales híbridos, tal cual es la poesía moderna, el arte moderno, la obra de Beneyto. 

Blancanieves de Pablo Berger: del casticismo a la universalidad




Blancanieves debía haber sido una primicia en el panorama cinematográfico internacional por parte del director bilbaíno Pablo Berger, quien desde 2005 buscaba financiación para su guión: la personal adaptación del popular relato de los hermanos Grimm ambientada en los años veinte en Andalucía, muda y rodada en blanco y negro. Se le adelantó Hazanavicius con  The Artist, que este año ha arrasado con los Oscars, anulando el factor sorpresa que el uso de una estética ligada a los inicios del cine podía haber propiciado en el gran público. 


Pero aunque ambas hayan optado por semejante estética es evidente que la primera centra su homenaje en el cine mudo americano y la segunda en el cine mudo europeo. Y, en efecto, el expresionismo alemán, y directores como Sjöstrom, Stroheim o Dreyer son referentes visuales en la obra de Berger. También lo es Tod Browning, y su impagable Freaks. La parada de los monstruos (1932), que en su época causó un gran rechazo entre los espectadores, ahora film de culto. Por otro lado, ahí están los guiños al mejor cine español: el cinismo y la mala leche de Berlanga; el surrealismo y el simbolismo, la crueldad y la perversión, de Buñuel; hasta el casticismo y el protagonismo femenino de Almodóvar, dese Matador a Hable con ella. El mérito de Berger reside en crear con sus obsesiones temáticas y visuales algo totalmente nuevo. De presentarnos lo sorprendente -sean los enanitos toreros o un inusual príncipe azul- sin perder verosimilitud la trama.

Pese a los toros, el flamenco y las mantillas Blancanieves ha tenido una gran acogida fuera de España porque, como los buenos cuentos, nos sumerge en una tragedia universal: el enfrentamiento entre el candor y la malicia, la luz y la oscuridad, las sombras ominosas en una pared y las sobreimpresiones de un recuerdo en un plato. Maribel Verdú, Ángela Molina, Macarena García, Sofía Oria están increíbles, en especial la primera, encarnando a una madrastra odiosa, tan despiadada como ridícula por sus ansias de protagonismo y de aparecer en la prensa rosa. El celebérrimo espejo no es aquí el espejo que refleja la belleza de uno, si no el que proyecta su figura al resto del mundo, es decir, un espejo muy actual. La fama mata en vida y encadena después de muerto, ya que nos desprovee del paraíso de la inocencia. Esa es la manzana envenenada de la película.

Silvia Rins, Todos los estrenos 2012.