Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas

XIX Marató de poesia en Acció

    Recitant a la XIX Marató Poesia en Acció per contribuir a la salut materno infantil a Sierra Leone. La poesia més viva que mai, la força de la paraula amb les noves generacions. 

    Recitando en la XIX Marató Poesía en Acción para contribuir a la salud materno infantil en Sierra Leone. La poesía más viva que nunca, la fuerza de la palabra con las nuevas generaciones. 


Amb Josep Maria Asensio i Juliana Machado. Foto: Mari Carmen Gutiérrez Gallardo.


Ajuda ugent a Síria. Recital de Poesia Solidària


Cómo suena el cielo 
¿o es la claridad 
absorta del fiero 
cómo suena el viento 
¿o es el cielo manso 
espejo de trueno 
cómo suena claro 
¿o es el viento en celo 
o el misil, o el llanto? 

Silvia Rins

Totes les guerres semblen diferents, però en el fons, totes les guerres són la mateixa guerra, en quant a la intensitat del patiment de la població civil. Amb la gran família de "Poesia en Acció", sempre disposada a recolzar les causes solidàries:





Poema en prosa solidario por la libertad




Las alas

¿Sabes por qué nos gusta tanto que nos rasquen la espalda? Porque antes de nacer todos tenemos alas. Pero cuando llegamos a este mundo se han desintegrado: son de un tejido delicadísimo, como el papel de seda, incapaces de soportar la presión atmosférica. En toda espalda hay un par de puntitos rojos que señalan por donde estuvieron unidas a nuestros cuerpos y allí es donde especialmente nos gusta que nos acaricien la herida invisible. Nadie llega con sus alas intactas. Si en algún caso un bebé las conservara, el médico lo operaría enseguida para extirpárselas. ¿Qué padres querrían un niño con alas? Se subiría encima de los armarios y los tejados de las casas, hasta que un día saltaría al vacío, y se iría volando lejos, muy lejos, para no volver, siguiendo a alguna bandada de pájaros. Pero los pájaros lo saben. Saben lo que algunos padres ignoran. Que con los años las alas, tenaces, vuelven a crecer en el interior de nuestra espalda para no ser detectadas. Que todos los niños se irán algún día para buscar a alguien que les recuerde sus alas rascándoles la espalda.

Silvia Rins

Haikú para romper el silencio sobre el autismo





No somnies sol
ma essència ball amb tu
sota la pluja
                        


No sueñas solo
Mi alma
Baila contigo bajo la lluvia

Silvia Rins


Un sorbo, una rosa



(In memoriam Jorge Luis Borges)

No hay hombre que tenga el valor de rechazar un sorbo de agua antes de entrar en el desierto, ni mujer que arranque una rosa después de haber salido del infierno. Como tú, Jorge Luis, prefiero los siniestros simulacros que ofrecen los espejos a los hijos de la carne. Comparto la aversión por el rito simple que a ti te horrorizaba y a mí me ha dejado indiferente; he amado a Beatriz sin ser correspondida pero también he sido Emma Zunz y Ulrica y Francesca caminando por el Segundo Círculo, desafiante. Tampoco temo a la muerte, Jorge Luis, sólo al dolor, por eso me agarro a la literatura como a un clavo ardiendo, porque alguna que otra vez me he quemado, o como tú, he soñado con quemarme. Enamorarse es crear una religión cuyo Dios es falible, pero nunca si uno muere antes, Jorge Luis. Estar enamorado es percibir lo único que hay en cada persona, aunque lo único pueda resultar mortal, Jorge Luis, eso único que no puede comunicarse salvo por medio de hipérboles y metáforas, o del silencio, Jorge Luis, del silencio que precede al orgasmo donde los amantes pueden sobrevivir al infierno.

Silvia Rins

Poema en prosa solidario por la igualdad





Tender la ropa es una actividad que me alegra, sobre todo los días soleados.
Me gusta sacar las camisas y camisetas de la lavadora y estirarlas como cartón, encontrar el par correspondiente a cada calcetín y colgarlos juntos sobre la cuerda, hacer apuestas acerca de si las pinzas van a alcanzarme, o por el contrario, voy a tener que economizar aquí y allá. Una vez cerrado el cristal, verlas danzar con el viento. En Nigeria han lapidado a otra mujer, mientras yo me ahogo sin poder siquiera gritar socorro, sin nadie que haga cadenas en Internet para salvarme, porque no soy más que un eslabón de la cadena, un ser antitrágico maltratado del primer mundo. 
Y pienso: esta soledad no puede durar siempre.

Silvia Rins